«Nunca olvides a un cliente.
Nunca permitas que un cliente te olvide.»
En el mundo actual, pocas empresas logran mantener una ventaja competitiva basada en el diseño del producto o en el precio por mucho tiempo. La verdadera ventaja competitiva, el único diferenciador duradero, reside en la manera profesional en que sus vendedores entregan un servicio distintivo y memorable.
Tu imagen dentro del ámbito empresarial y en tu comunidad tiene un impacto directo en tu desempeño como vendedor.
La venta no termina cuando se firma el contrato
El momento de demostrar profesionalismo y servicio inicia precisamente después de cerrar la venta.
Los clientes compran porque confían en el asesor y en el servicio que recibirán.
Si esa confianza se mantiene o se fortalece, depende, en gran medida, de cómo gestionas el seguimiento y el servicio post-venta.
Profesionalismo significa seguimiento inmediato y personal
Como dice el Dr. Mike Mescon:
«Buenos o malos, correctos o incorrectos, los clientes suelen recordar la última experiencia, no la primera. Recuerdan el final de la historia, no el principio. Los clientes desean un servicio consistente de principio a fin.»
Como asesor profesional, tu misión es ofrecer ese servicio consistente, generar satisfacción y garantizar que el cliente quiera seguir contigo, no solo esta vez, sino en el largo plazo.
Supera las expectativas
Asegúrate de que tus prospectos y clientes:
- Reciban más servicio del que imaginaban.
- Obtengan más valor del que pagan.
- Perciban que tú les aportas más información, más atención y más confianza que cualquier competidor.
Los clientes que conservas son tu mejor carta de presentación
Como profesional de ventas, serás juzgado tanto por las ventas que haces como por los clientes que logras retener.
Recuerda siempre este principio simple pero poderoso:
Nunca olvides a un cliente.
Nunca permitas que un cliente te olvide.
¡Mucho éxito y buenas ventas!